Creo en el amor que sobrepasa las fronteras de la vida, como el que siento por mi abuelo. Creo en el amor incondicional de los amigos verdaderos. Creo en el sexo sin amor y en el amor con mucho sexo. Creo que el amor que hace daño no es amor, si no codependencia. Creo que uno se enamora de las personas como un conjunto de características. Creo que también nos podemos enamorar de libros, canciones, películas, cuadros y esculturas. Yo ando enamorada de un par de ojos color atardecer, una piel como el ébano, un tatuaje mitológico, una barba, un tono de voz, unos dientes, unas manos y un cerebro. Creo en los amantes que asesinan y en los que te reviven. Creo en los que hacen tu corazón añicos y te inspiran los mejores poemas. Creo en los que con hacerte el amor, reconstruyen los puentes que destruyeron otros. Pero, sobre todas las cosas, creo en el poder sanador de el amor propio. Creo en que todos debemos enamorarnos de nosotros mismos y ser nuestros mejores amantes.
Ese amor también sobrepasa fronteras. Ese amor también nos salva.
